¿Qué pautas deben seguirse para una buena alimentación infantil? Algunas de ellas tienen relación con lo que los niños ven en el hogar y otras más directamente con la actitud del niño frente a la comida. Os damos algunas de ellas que pueden ayudaros:
-El ejemplo. Es importante que tengamos en cuenta que los niños adoptan costumbres y manías de los padres por mimetismo, también en lo relacionado con la alimentación. Si los niños ven que los padres no comen verduras o frutas, y expresan su deseo de no comerlas, los niños es difícil que coman verduras o frutas durante su desarrollo. Al menos comerlas de forma regular y sin problemas a la hora de consumirlas. Si hay algún alimento que no te gusta, ponte menos cantidad pero come delante del niño. - Decir que no a todo, 'eso no me gusta'. La mayoría de las veces, por no decir todas, no lo han probado. La mejor manera de vencer esta negativa, que suele aparecer con los dos años, es dar pequeñas porciones del alimento que rechazan pero de forma repetida. Así se consigue ir venciendo esa resistencia. Obligar a comerlo implica que se refuerce su posición de rechazo al mismo. Camuflarlo en puré o combinando con otros alimentos es otra manera de ir haciendo que vaya ingiriéndolo. - Prohibir alimentos genera cierto deseo de consumirlos en el niño. Hablamos de fast-food o de comida de mayor grasa y poco necesaria en su alimentación. Hay que comer de todo, pero también hacer entender que ese tipo de comida se hace de forma ocasional y que no suponga una opción de comida diaria. Aquí también entran las chucherías, preconizados, dulces, etc... - Las necesidades calóricas varían en función de la edad del niño. A veces el niño tiene menos necesidad calórica y por tanto disminuye su necesidad de alimento y el apetito. Durante el primer año el bebé necesita el 35% de la energía que consume en el crecimiento. Desde ahí y hasta la pubertad, entre el 3 y el 5%. No obligues a comer si el niño no quiere, a veces es una cuestión de necesidad y apetencia sin que haya más problemas después. ¡Esperamos que estas pautas os sirvan!
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La cantidad de agua diaria recomendada es una controversia desde que se lanzó el mensaje del litro y medio o dos litros diarios, cuando eso no es del todo cierto.
La cantidad de agua que se debe beber al día depende de una serie de factores como son el del estado de salud, la actividad física, la temperatura ambiental y algunos más que son los que determinan cuál es la cantidad que necesitamos diariamente. Hay que tener en cuenta que cerca del 20% del agua que consumimos lo hacemos a través de los alimentos que ingerimos. También otro tipo de bebidas como el café, los zumos o las infusiones se cuentan a la hora de computar el agua ingerida. Hay colectivos como el de las mujeres embarazadas en el que la necesidad de beber agua es mayor. Ocurre igual durante el período de lactancia, donde la necesidad de agua es mayor puesto que el 85% de la leche materna es agua y necesita más cantidad para producir. Las necesidades de los niños son mayores que las de los adultos. Y más que zumos y refrescos, agua. Esa es una correcta hidratación a la que acompañamos con unos correctos hábitos. En definitiva, la cantidad de agua que se debe beber en el día depende de la cantidad de agua que perdamos por nuestra actividad física, de nuestra edad y de la necesidad de hidratación. A pesar de que el mejor consejo es beber agua a demanda, es cierto que lo normal es que el consumo no baje del litro diario. Están formados por una o varias moléculas. Los monosacáridos son los hidratos de carbono formados por una sola molécula y entre ellos están la glucosa, fructosa y galactosa.
Los disacáridos los forman dos moléculas, y es en este grupo donde se encuentra la sacarosa o el azúcar que usamos de forma común y que está formado por fructosa+glucosa. La lactosa, que pertenece a este grupo también, la forman una molécula de glucosa y otra de galactosa. Y, finalmente, los polisacáridos están formados por un numero de moléculas variable pero mayor que las dos de los disacáridos. El cuerpo humano absorbe energía en forma de glucosa. Es decir, en forma monosacárida. Independientemente de los hidratos de carbono que comamos, el aparato o sistema digestivo lo descompone en moléculas sencillas para enviarlas a la sangre en forma de glucosa. Ese la sangre cuando la insulina provoca que las moléculas de glucosa entren en las células para alimentarlas. Es decir, independientemente del hidrato que comamos a las células va a llegar siempre glucosa. Cuanto más complejos sean los hidratos de carbono más le costará al organismo descomponerlo en moléculas simples y transformarlos en glucosa, tardando más en llegar a la sangre y a las células. Es por ello que existen hidratos de carbono de absorción rápida, que son los monosacáridos y disacáridos, y otros de absorción lenta como son los polisacáridos. Con los primeros se fabrica más cantidad de insulina que traslada la glucosa a las células y, si sobra, se almacena en forma de grasa (triglicéridos). De ahí la relación directa de la obesidad con los azúcares simples y cereales refinados. Con los hidratos de carbono complejos el aporte glucémico es gradual y también el de la insulina por lo que la energía se gradúa y da tiempo a gastarla sin que se acumule en forma de grasa. Ahora entenderéis porqué se recomienda la ingesta de hidratos de carbono complejos frente a los simples. El índice glucémico es el resultado de la comparación de la velocidad de absorción de los hidratos de carbono de un alimento con la velocidad de absorción de la glucosa pura.
Los que tarden más tiempo tendrán un índice glucémico más bajo y cuanto más rápido se absorban más alto será ese índice glucémico. Son más interesantes desde el punto de vista de la dieta los que tienen ese índice más bajo por las siguientes razones: 1.- Nos aportan energía de manera sostenida y gradual en el tiempo mejorando el rendimiento físico y mental. 2.- Se acumulan menos en forma de grasa, con lo cual es mejor. 3.- Previenen los 'agujeros' en el estómago por hambre que ocasionan las bajadas de azúcar en sangre y es por ello que nos ayudan a mantener el peso porque son más saciables. 4.- No provocan picos elevados de glucemia, algo importante de forma especial para los que tienen diabetes. Se encargan de su prevención. ¿Qué alimentos son los que suelen tener el IG más elevado? Los cereales refinados y alimentos ricos en féculas y almidones, así como dulces y bollería. de tipo medio son los cereales integrales y algunas frutas como por ejemplo, la uva. No es que sean alimentos malos sino que hay que comerlos con moderación y acompañarlos con alimentos más ricos en fibras que ayuden a ralentizar su absorción. ¿Qué alimentos suelen tener el IG más bajo? Pues en general los lácteos, carnes, huevos, pescados, frutos secos, legumbres, una buena parte de las frutas, hortalizas y verduras. ![]() El aceite de palma está de moda, de moda negativa. Recientemente se están escribiendo cada vez más artículos acerca de sus perjuicios sobre la salud y aconsejando no consumirlo o reducirlo a consumos mínimos. El aceite de palma tiene mucho éxito en la industria por dos motivos fundamentales, y es que se conserva fácilmente con un punto de fusión a los 35 grados centígrados además de tener un precio muy económico lo que ahorra costes de fabricación. En prácticamente todos los alimentos procesados como las pizzas, galletas, tostadas, etc se encuentra este aceite, consultándose en la lista de ingredientes. Diversos estudios consideran que por la composición del aceite de palma, rico en ácidos grasos saturados, se le asocia al aumento de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Concretamente, existe un informe de la autoridad europea de seguridad alimentaria que relaciona el aceite de palma y otros con la creación de sustancias que favorecen potencialmente el desarrollo de diversos tipos de cáncer. Retirar de la producción productos con aceite de palma no los convierte en más sanos. Por eso, si se elimina en la fabricación este componente, no caigas en la tentación de pensar que las pizzas o croissants ahora no pueden generar problemas de nutrición. Cualquier duda que tengas sobre el aceite de palma u otro motivo, estamos a tu disposición. Los alimentos procesados en líneas generales no son nada saludables. Contienen por lo general grasas de mala calidad, harinas refinadas o azúcar añadido que los convierten en pequeñas bombas corporales si se consumen con regularidad.
Son productos elaborados con unos ingredientes muy baratos y que permiten un elevado grado de conservación por lo que en general a la industria alimentaria es algo que conviene que tengan. Existe una muy pequeña parte de productos procesados que pueden considerarse saludables porque no contienen añadidos que lo conviertan en un potencial peligro si se consumen de forma asidua. Estos son algunos ejemplos:
Finalmente, los pescados congelados sin ingredientes adicionales y las conservas de pescado al natural. Si tienes alguna duda, consúltanos. Podemos asesorarte y personalizar tu dieta con éstos y otros productos naturales saludables. Siempre existen las dudas respecto a los productos integrales o ricos en fibra. Son dos cosas diferentes y hay que tener claro si un producto es realmente integral.
Hay productos con muy poca proporción de cereal integral que se rotulan como integrales. Hay que entender bien el etiquetado de los productos para saber cuáles son los alimentos integrales de verdad. Integral es un cereal o bien que no se ha refinado o bien un producto elaborado con ese cereal no refinado. Hay que distinguir lo que es el salvado, lo que es el germen y lo que es el endospermo. El salvado del cereal es lo que contiene las fibras, vitaminas y minerales. El Germen contiene antioxidantes y fito nutrientes y el endospermo los carbohidratos y las proteínas. Cuanto menos se refine ese cereal y menos se mezcle con otros productos, más integral es el producto que lo contenga. No son necesariamente integrales los panes con semillas, productos de pan de color marrón o los que tengan una etiqueta que ponga "rico en fibra" Se pueden encontrar productos etiquetados como integrales y apenas menos del 10% del cereal que lo contienen es integral. Otra cosa que suele utilizarse, sobre todo en las pastas, son los productos de harina refinada más salvado. También podrás encontrarte con la etiqueta como "rico en fibra" pero realmente no son integrales porque se han utilizado esas harinas a las que se ha añadido simplemente el salvado. Son más ricos en fibra que los que no contienen salvado pero aún no aportan todos los nutrientes necesarios. La pasta integral es aquella hecha con sémola de trigo duro integral, el pan integral si está hecho con harina integral sí pero si contiene menos del 80% de harina integral ya no se considera tal. Y las galletas y cereales es complicado encontrarlos integrales en su mayoría: ricas en fibra sí, pero integrales....complicado. En esta época, y más si tienes niños en casa, las gastroenteritis y los problemas gástricos o digestivos suelen hacer acto de presencia, además, de una manera incómoda.
En ocasiones nos sentimos bien y solamente tenemos problemas con las deposiciones pero aunque no duela, no se vomite, no tengamos fiebre e incluso sí haya ganas de comer, se debe ser estricto al menos varios días con una dieta blanda que equilibre nuestro aparato digestivo. Cuando hablamos de dieta blanda, lo hacemos bajo el concepto de fácil digestión y no a fácil masticación o alimentos muy tiernos. El objetivo es que sea fácil de digerir, muy moderada en grasas para no estimular la secreción gástrica. Resumiendo:
En España tenemos la tendencia general a una dieta no precisamente baja en proteínas de origen animal. Se calcula que al día estamos comiendo entre 88 y 109 gramos de proteína siendo la menor cantidad para las mujeres y la mayor para los hombres. La carne es la principal fuente de proteínas según una encuesta, con un 28% frente a la legumbre (11%).
Pero, ¿qué cantidad de carne o pescado debemos comer? Normalmente se debe hacer, en función de cada persona y su situación, dos o tres ingestas semanales sin consumir carne o pescado. Es algo recomendable. Por ejemplo, unas lentejas con arroz y una ensalada es más que suficiente para una comida, no hace falta que a las lentejas las añadamos unos filetes. Tomando esta recomendación podremos ver que aumentaremos el consumo de fibra y reduciremos la ingesta de grasas saturadas. Así controlaremos mejor el colesterol y conseguiremos una dieta equilibrada. Entendiendo que hay que comer de todo, un especialista deberá recomendarte la cantidad de proteína animal que debes consumir en tu dieta, pero el ejemplo que ponemos es para que nos demos cuenta que las proteínas de las legumbres también son perfectamente válidas y no es necesario añadir carne roja en esos menús. Ponte en nuestras manos y te haremos un estudio personalizado, con el fin de que puedas saber exactamente qué cantidad de carne y de pescado es la que necesita tu cuerpo. ¡Pide cita! El azúcar y más concretamente los azúcares añadidos es un duro enemigo en una batalla contra la báscula y contra la alimentación saludable.
Estamos acostumbrados a sabores dulces y eso significa que para nosotr@s el dulzor ya no tiene secretos. Tenemos un gusto aclimatado al dulzor y eso no es positivo. Eliminar el consumo de azúcar de forma radical es algo muy difícil porque hay muchos alimentos o productos sin azúcar que seguramente no sabrán bien. Hay que ir acostumbrando el paladar poco a poco. Antes de darte algún consejo, indicarte que el cambio a edulcorantes no es la mejor solución. Los edulcorantes son también muy dulces y aunque no tengan calorías y no suban la glucemia no significa que no nos afecten de forma negativa. Suelen hacerlo sobre la microbia intestinal. Ahora sí, si quieres tomar menos azúcar puedes seguir estas indicaciones: - Para los cafés e infusiones, bajad la cantidad que os echáis de forma progresiva semanalmente hasta que no os echéis nada (si es que queréis eliminarlo completamente) - Poneos un tope semanal para el consumo de refrescos, sean o no light. Si normalmente os tomáis cinco a la semana, dejadlo en dos. Probad las infusiones, aunque el agua tampoco es mala opción ;) - El chocolate negro tiene menos azúcar. Intentad subir el porcentaje de chocolate de vuestras tabletas, hasta llegar al 85% - Elige el pan integral con aceite y tomate o con aguacate por delante de galletas, magdalenas y similares. - Los cereales; los corn flakes son de los que menos azúcar tienen. Cerca de un 8% frente al 20% de los demás que tienen chocolate o miel. - Cacao en polvo para la leche. Puedes mezclarlo con cacao puro de forma progresiva y, si lo deseas, al final cambiarlo por el cacao puro con leche. -Apuesta por los yogures naturales frente a los de sabores. Si os sabe muy amargo, mezclarlo con alguna fruta natural. |
AutorDra. Amaro Archivos
Mayo 2018
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